lunes, 1 de diciembre de 2014

¿Entonces qué estaba haciendo?.

Me tiré al borde de la cama, él hizo lo mismo con su parte, nadie decía nada.
Estaba tenso el ambiente, pensaba en hablarle, mientras veía un pequeño brillo en su rostro reflejado por el celular.
Tuve que romper el hielo, y le dije si lo podía abrazar, automáticamente él se negó, sé que tal vez lo asusté, pero estábamos en una habitación, totalmente incómodos, quizá un abrazo no caería mal, y empezó a ponerme las cosas en claro, otra vez.


Ya hablamos sobre esto Jes...   rápidamente le corté y me puse en defensa.
-Sí, no entiendo por que quieres tocar el tema, ya está cerrado para mi.
Siento que tu me esperas, y es algo que yo no te puedo dar.
-No estoy enamorado, y si estamos aquí, en un hotel, es por algo.
Lo sé, pero no sé que esperas de mi...
-Hasta hace un par de días todo, ahora ya nada, realmente la atracción que sentía, supongo que está ahí, pero las ganas de enamorarte ya no te esperan.

La conversación se iba dando, él en su lado de la cama, mirando la pared, y yo en mi lado, viendo la puerta, nadie daba la cara, solo nuestras voces, por momentos sentía que él estaba perdiendo con mis fundamentos, y solo alzaba la voz. Le pedía que se calmé, que la conversación no la inicié yo, ese hombre hace perder mi paciencia muy rápido, 

No sé por cuanto tiempo me habré quedado dormido, estaba temblando de frío, ya que él me dejó sin colcha, me estaba dando la vuelta para decirle que me deje un poco de espacio, y solo sentí sus labios en los míos, jamás esperé eso de su parte, según sus argumentos, no quería hacerme lo que no le gustaría que le hagan, no quería confundirme y tampoco no me quería dar alas.

¿Entonces qué carajos estaba haciendo?.

Solo recuerdo que mientras me besaba, pensaba en seguir o detenerlo, algo me decía que esa era la última vez que íbamos a estar juntos, y por primera vez dejé de pensar en un futuro nosotros, e intentar de creerme el papel de egoísta.
Estábamos enredados entre las sábanas, su respiración tan cerca a mi, sus dedos jugando con mi cabello, sus labios besando los míos hasta quitarme la respiración, era otro Miguel el que tenía encima, conocía al ser más renegon de este planeta y a su contra parte, el que me encantaba, el ser un tanto cariñoso y torpe, no niego que en su brazos vuelo alto, y a los días la caída se empieza a notar,

De pronto paramos con las caricias, nos encontrábamos un tanto cerca y totalmente cansados, creo que sudamos mucho, por que sentía todo mi cuerpo húmedo, más aún la parte de la pelvis y las piernas, quise bromear con él y le pregunté si había terminado tan rápido y sonreí un poco.
Negó automáticamente riéndose, prendió la luz, y lo que vino después, era una escena de alguna película de terror, la sábana estaba de un color rojo, como si hubiesen matado a alguien ahí, todo mi cuerpo estaba de sangre, y él también, no sabía que hacer, él trataba de calmarme pero su voz notaba más nerviosismo, las sábanas ya no eran blancas, estaban completamente mojadas de sangre, algo habíamos hecho mal, y no sabía que, ya nos jodimos, y me metí corriendo al baño para ver de donde provenía la sangre, y no veía nada, me metí a la ducha y empecé a sacarme toda la sangre del cuerpo, ese olor a sangre me causaba nauseas, y el nerviosismo no me ayudaba.
Él también estaba preocupado, tocando la puerta del baño para saber si estaba bien, le gritaba que me de tiempo para ver que pasaba, y que obviamente no estaba bien, y no encontraba nada raro en mi cuerpo, entonces que podía haber pasado.
Jesús, tranquilo soy yo el problema. 
Cogí una toalla, me iba secando y ahora mi preocupación fue mayor, por alguna razón me sentía culpable de haberle causado algo, no sabia que era, solo atinó a enseñarme una pequeñísima herida en el frenillo del pene.
Me calmó, me dijo que no le dolía ni le causaba ningún malestar, apagamos la luz, para dormir, le volví a preguntar si podía abrazarlo y en está ocasión me permitió hacerlo, y así dormimos tranquilos, hasta que el muy brusco, me despertó diciendo que la herida volvía a sangrar, y qué tenía que correr a la clínica, lo embarqué y le pedí que por favor me avisé cualquier cosa.

¿Qué es lo peor que le podía pasar?.