Se está haciendo costumbre estos encuentros, como también recuerdos tuyos en mi cabeza por las noches.
Un beso, una caricia suya hacen tirar por la borda mi negativa hacia él, me gusta sentirme así cuando estoy con él.
Cuando estoy con él no me nace decirle que le quiero, pero me gusta besarle, acariciarle, jugar, no entiendo y tampoco tengo certeza alguna de lo que siento por él.
Quizá no quiero quererle, por que sé que no habrá nada más entre nosotros, más que esos encuentros.
Cuando estoy con él, mido mis caricias, mi intensidad de demostrar afecto, a veces pierdo el papel y ya estoy en el juego perdido en sus brazos.
Cuando estoy con él, tengo ganas de todo y nada a la vez, tengo miedo de quererle y busco mi seguridad, cuando en ocasiones como hoy, sé que ya estoy embarrado de algún sentimiento que no sé identificar.
Cuando estoy con él, no me importa nadie más, sobra todo lo que tengo alrededor, personas, tiempo, todo. Cualquier cosa que no sea él. no tiene valor alguno para mi.
Cuando estoy con él, me gusta guardar los mejores recuerdos, por que sé, que tal vez ya no lo volveré a ver por mucho tiempo, como también sé que tal vez está es la última noche que pasemos juntos.
Siempre supe que es mejor cuando hay que hablar de a dos, empezar por uno mismo.