Hay muchas cosas en mi que en ciertas ocasiones son inevitables, en una escala del 1 al 10, de hecho eres un poco más que un cinco, es más de la mitad, y eso es bueno, lo que no sé si es bueno para ti o para mi.
Me gustó como se veían nuestras manos juntas, me encantaba como se perdía mi mano en la tuya.
Me gustó ser tu copiloto, mirar las luces de las calles mientras escuchaba tu voz, ver a esas personas viendo de reojo el auto, esas miradas cómplices, ese juego de manos, mi dedo molestando tu brazo o pidiéndome que deje en paz tu guatita.
Tengo esas casi cuatro horas en mi cabeza, y nuestro intento de abrazo frustrado, me perdí de alguna manera en esa noche.
Y quisiera salir de eso, tendría que seguir adelante y no rendirme, pero pasa que eso no es tan fácil para mi, yo no tengo tanta fuerza como puedo aparentar, pero afronto mis decisiones, es difícil comprenderme, pero así es mi manera de protegerme, por que no quiero lastimarme otra vez, y si, si mi tono de voz cambió, fue por que no estaba para nada bien, y callé por que en cualquier momento me iba a quebrar, sigo sintiendo un nudo en la garganta, yo antes quería algo para todo la vida, ahora me conformo con una vez más.
¿Es posible que lo que impide encontrar el amor, sea justamente nuestra búsqueda desesperada?