Y después de mucho tiempo, de tanto esperar a que te nazca la idea de vernos, se te ocurrió decirme, y te vi de una manera muy espontánea, sentí ese miedo por todo mi cuerpo, sentía nauseas, ese frio de manos, ese temblor de piernas, esa sensación de cometer alguna tontería, ‘la primera impresión’, y pues llegué al lugar y no vi nada, MALDITA SEA, dije – y sentí vergüenza y pena porque por enésima vez, creí poder conocerte, resignado a ya no verte y esa seria la última oportunidad, me quería ir, y Stephanie me dijo: hay un chico en el centro del parque, y regresaron a mi esos ojitos brillosos, las sensaciones, los sentimientos y las mil ideas de la cabeza, es como que si quisiera gritar y que todo el mundo me escuche, pero al hacerlo solo salga un murmullo, quería salir corriendo de ese parque pero a la vez no, quería acercarme más y verte ir corriendo hacia ti y abrazarte y decirte muchas cosas que ya había pensado para ese momento, mi cuerpo no reacciono, me quede congelado, estaba ido y tampoco quería irme sin haberlo visto bien, pues si lo hacia sabía que me arrepentiría pues conociéndote sabía que esa era EL DÍA.
Entonces caminamos en dirección al centro pues no quería verlo, sentía vergüenza y aun no se por que ese sentimiento lo reconocí, después el miedo entonces caminé mirando el piso, y no fue necesario mirarlo a los ojos para reconocerlo, pues lo reconocí por esa es voz que me encanta, y es cuando volteé y lo vi me llene de ilusión, PUTAMADRE después de tanto eres tu. Lo contemple desde la esquina del parque, me sentía otro, estaba feliz, nada me importaba pues en ese momento el lo era todo, pasaste y lo único que pude hacer era abrazar a Stephanie y enterrar mi cabeza de vergüenza, de regreso solo eras Tú. ERAS.